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Atrás LA OCTAVA DEL CORPUS CHRISTI

Religión, historia y folclore se mezclan en la Octava del Corpus Christi, una de las festividades más arraigadas entre los vecinos de Fuentepelayo. Para la Fiesta de la Octava del Señor, el pueblo se engalana, vistiendo sus calles con grandes arcos, realizados con enramadas de chopos y adornados con flores. Además, un manto de cantueso, tomillo y romero, que parte de la iglesia y se extiende por todo el recorrido de la procesión, proporciona un olor que los vecinos de Fuentepelayo siempre identificaremos con esta celebración.

La Octava, se celebra en la iglesia de Santa María la Mayor, y comienza la víspera, el miércoles por la noche, con el canto de las Completas acompañadas por el órgano, y en este momento es cuando el sacerdote coge la custodia para hacer el "Rodeo". Danzando al son de la dulzaina y del tamboril, los danzantes se hacen acompañar de las castañuelas, y rodean toda la iglesia bailando delante del Santísimo. Cuando llegan al presbiterio, se van dividiendo de dos en dos, colocándose a ambos lados del ábside, rodeando el altar. Los oficios termina con la Bendición a los fieles.

El jueves es la Fiesta de la Octava. Durante la misa se produce el ofertorio de la mano de jóvenes vestidas con el traje típico segoviano, a las cuales las acompañaban los danzantes al son de las castañuelas. Tras la oración se da paso a la procesión. Precedida por las cruces procesionales, se porta la custodia bajo palio. Nada más salir de la iglesia los danzantes se encuentran de rodillas para realizar el paloteo de "Carlos V", el cual abrirá la procesión. Durante todo el recorrido, los danzantes bailan al Santísimo con las castañuelas al son de la dulzaina y el tamboril, parándose tan sólo en los sitios estratégicos para ejecutar los distintos paloteos. La procesión termina con la entrada en la iglesia donde se produce la bendición, del mismo modo que en la víspera, finalizando así la fiesta.